Luego de que el presidente Juan Manuel Santos se comprometiera en marzo pasado con sacar adelante el proyecto de recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena, hoy, casi cuatro meses después, se agota el tiempo para que se concrete la puesta en marcha del proceso para contratar su ejecución.

Ante esa situación, la Cámara de Comercio de Barranquilla, FITAC, FEDENAVI, la Cámara Colombiana de la Infraestructura, la ANDI, el Comité Intergremial del Atlántico y ASOPORTUARIA se unen con el fin de hacer un último llamado de urgencia a la voluntad política del Gobierno Santos, con la que, de una vez por todas, se materialice su compromiso citando a un Consejo Superior de Política Fiscal, Confis, órgano encargado de darle autorización a CORMAGDALENA para que utilice las vigencias futuras aprobadas por el Departamento Nacional de Planeación para la financiación de esa obra.

Cumplido ese trámite final CORMAGDALENA puede abrir la licitación para contratar la recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena y por ello confiamos en que en la comisión de empalme de los gobiernos entrante y saliente se deje definido este último paso para que el proceso siga firme sobre la base del respaldo que el presidente electo Iván Duque, le dio al proyecto, tras señalarlo como una de las victorias tempranas a lograr de manera prioritaria. Si ello no sé da en esta etapa final de transición, el tiempo que pueden tardarse, ya en el nuevo Gobierno Nacional, los ministerios de Hacienda y de Transporte en retomar el proyecto y asignar prioridades, generaría un retraso importante, con pérdidas difíciles de estimar.

Se prevé que solo en 2022 el país tendrá un corredor fluvial competitivo y capaz de impulsar su capacidad logística y productiva, debido a que el proyecto tomará al menos 18 meses desde la apertura del proceso licitatorio hasta el inicio de la etapa de construcción, más dos años de obra.

El proyecto busca garantizar la estabilidad a largo plazo en las profundidades en los 22 kms., en el canal de acceso no solamente con dragados sino con la recuperación y la reparación de los tajamares, que es el sector más crítico, permitiéndole a los terminales ubicados en la zona portuaria de Barranquilla prestar un servicio confiable.
La plena utilización del río Magdalena puede generar, según estudios del presidente de Fedenavi, Roberto Ramírez, un ahorro anual de 22 millones de dólares en fletes (según las cifras actuales). Así mismo, en el trayecto Barranquilla-Bogotá, con transporte multimodal, puede haber un ahorro por tonelada de 10 dólares.

De igual manera, son más de 40 mil las familias que celebrarían la posibilidad de pasar de extraer 5.000 toneladas de pescado a 80.000 toneladas, al recuperar un río Magdalena rozagante, fuerte, que generaría empleo, turismo, inversión y desarrollo sostenible para todo el país.

Por ello urge lograr que el Río Magdalena sea la mayor prioridad en el cierre de la administración Santos, y una de las más grandes para el equipo que inicia actividades, dejando un legado que trascienda gobiernos y se convierta en un triunfo del país con impacto directo en la sociedad y la economía.

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