Un llamado a fortalecer el núcleo familiar para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas en los niños y adolescentes hizo la Directora General del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Cristina Plazas Michelsen, durante su intervención en la Comisión Séptima del Senado de la República.

En el marco del debate de control político sobre el tema, Plazas Michelsen reveló que cerca del 93% de los jóvenes que ingresan al Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes han sido consumidores de drogas y exhortó a las autoridades y a la sociedad en general a unir todos los esfuerzos necesarios para propiciar relaciones sanas en las familias colombianas y a invertir en acciones que permitan combatir la drogadicción, un flagelo que cada vez trunca los sueños de más jóvenes.

“El país tiene un reto enorme que es fortalecer el núcleo de la sociedad: la familia. Tenemos que darles herramientas suficientes a los padres y cuidadores, de manera que puedan enfrentar la crianza de sus hijos y las dificultades que están afrontando los niños y los jóvenes hoy en día como el consumo de drogas, los riesgos del uso inadecuado de las tecnologías, el bullying y otros factores que afectan el futuro de nuestros muchachos, quienes muchas veces se encuentran solos en estos escenarios sin la orientación de la familia”, señaló la funcionaria.

La Directora General del ICBF resaltó que para combatir esta problemática social la Entidad viene adelantando una serie de estrategias como la Escuela de Padres, con la que se instruye a las familias de 1.000 instituciones educativas públicas en pautas de crianza y resolución sana de los conflictos. Se refirió también al programa Pasa la Voz, con el cual se forma a los niños en habilidades de comunicación, analizando las dificultades que los rodean y planteando posibles soluciones que luego implementan en sus comunidades, llegando a más de 40.000 personas. Igualmente, habló del programa de Generaciones con Bienestar para la Paz, en donde más de 500.000 niños y adolescentes son educados en derechos y en el buen aprovechamiento del tiempo libre.

“Tenemos que empezar a mirar esta problemática de manera distinta, porque no es solo reducir el consumo de drogas, sino también formar a los jóvenes en competencias ciudadanas y fortalecer sus entornos protectores”, dijo la Directora. “Mientras los jóvenes no encuentren protección, amor, respeto y tolerancia en el ambiente que los rodea van a seguir cayendo en flagelos como la drogadicción», puntualizó.

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