Como cualquier adolescente al llegar a los 15 años, Yurany quería celebrar esta fecha de una manera especial. Sin embargo, la avalancha que arrasó con Mocoa, le cambió algunos de sus planes, más no su proyecto de vida, el de ser una futbolista e ingeniera de petróleos.

En el albergue del Instituto Tecnológico de Putumayo, combina las jornadas lúdicas que organizan las Unidades Móviles del ICBF, con su otra pasión, el fútbol, deporte que practica desde los diez años y que le abrió las puertas en la Selección Femenina de Pasto, donde empezará a jugar próximamente.

«Cuando estoy triste voy a entrenar, el deporte me ayuda a olvidarme de todo», dice Yurany mientras reflexiona sobre lo que se llevó la avalancha, incluido su profesor de fútbol.

Esta hincha del Real Madrid y admiradora de Cristiano Ronaldo, nació en Florencia pero llegó a vivir a Mocoa, lugar que la acogió junto a sus padres y los cuatro hermanos, quienes sobrevivieron a la tragedia.

«Tenemos que seguir adelante de esta situación, con la ayuda de Dios y de ustedes que nos han apoyado desde el primer momento, que nos han puesto a pintar, a jugar y a expresar lo que sentimos por lo vivido», dice Yurany, al referirse a Ingrid Villota, psicóloga de una de las Unidades Móviles que envió el ICBF desde Nariño.

Esta adolescente mira el deporte como un medio para superar la tragedia y en las actividades que se organizan para canalizar el estrés y la angustia de lo ocurrido, Yurany enfoca sus dibujos hacia el deporte y esa es su mayor fortaleza, comenta la profesional.

En medio de las carpas y acompañada de más personas de las que imaginó, Yurany celebra hoy sus 15 primaveras con una serenata y un regalo que nunca olvidará: el balón de fútbol que le entregaron los colaboradores del ICBF.

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